Este es el relato que he presentado la pasada semana a Relatos en Cadena, un concurso imprescindible para todo microrrelatista que se precie:
Sus labios perfilados se contraen para dejar escapar un silbido corto. Ya
no volverá a trabajar allí. El sonido sale patéticamente desafinado, como si
sus notas hubieran olvidado formar escalas. Saca un espejito empañado y se mira
en él. ¿Es ese reflejo doliente el mismo que, cinco años atrás, silbaba de
alegría mientras emborronaba un papel? Le gustaría hacer magia con las ojeras
de su exánime saldo bancario, pero de la manga no le sale más que un triste kleenex
que ha absorbido su húmeda rabia. Manchándose de carmín los dedos, se dibuja el
símbolo del infinito en la frente.
Una puerta se abre cuando dejamos atrás un camino, fin de ciclo. Infinitas posibilidades ante un horizonte infinito en esta época de cambios acelerados. Todos podemos participar con nuestros dones y talentos.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Mil gracias, María José. Puertas que se abren, puertas que se cierran. Es cierto lo que comentas acerca de los cambios acelerados. Menos mal que las posibilidades que tenemos de enfrentarnos a ellos son infinitas...
Eliminar¡Un abrazo!
Buena apuesta para el REC, Ricardo, en una semana en la que los finalistas dejaron el listón tan alto que llegaron empatados hasta el voto final.
ResponderEliminarMe gusta el enfoque que le has dado al micro, la carga emocional de la que le has dotado, que acaba arrancando en el lector una sonrisa amarga.
Un saludo,
Te agradezco tu comentario, Pedro.
EliminarSi todavía está latente la tensión emocional al leerlo, es porque la inspiración procede de un caso real y próximo.
Un saludo y enhorabuena por tus dos excelentes blogs.
¡Me gusta tu ReC!. Cuentas una historia completa, con presente, pasado e incluso el futuro dibujado en ese símbolo de infinito.
ResponderEliminarLos labios perfilados dieron mucho juego, Ricardo.
Recibe un beso y un abrazo.
¡Muchas gracias, Laura!
ResponderEliminarQuería ofrecer una salida al protagonista de "La dignidad abaratada". Seguro que con el signo del infinito en la frente, a la manera de una "pintura de guerra", encuentra un trabajo mucho mejor...
Otro beso y otro abrazo
Hola.
ResponderEliminarCuanto dolor se palpa entre líneas, no menos la que te escribe, es un dolor inexplicable, un vacío incalculable... se me ha ido uno... si me han ido dos... se me han ido tres... aunque espero teneros siempre cerca a mi si me teneis.
Me encantan tus relatos...
Un abrazo muy grande.
Tulipán
Me encanta Ricar. Deseamos a cada instante que las cosas cambien, que suceda algo que nos haga evolucionar. Pero cuando esto sucede nos quedamos paralizados, creo que por miedo a lo desconocido. En esos momentos es imprescindible mantenerse neutral y con los cinco sentidos al 100 % para aprovechar todas las oportunidades que el cambio nos ofrece. Tenemos que estar atentos para ver esa puerta que, sin duda, se abre para nosotros. Un abrazo para los dos.
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