LA CASA DE LOS CUATRO PUNTOS CARDINALES

miércoles, 1 de noviembre de 2017

LA ÚLTIMA VOLUNTAD DEL “ORBISON”



Querido amigo:

La función ha terminado. Todo salió según tus deseos. Deposito esta nota, junto a un ramo de flores, sobre tu lápida. Nunca te tomé en serio cuando, siendo adolescentes, afirmabas que te gustaría que sonara “Stairway to Heaven” en tu entierro. Aún me parece escucharte:

Mientras me lloráis, yo iré subiendo entre grandiosos compases de rock progresivo. Y os diré adiós desde arriba...”.



Jamás imaginé que sonase tan pronto para ti, amigo. ¿Recuerdas cuando en la pandilla empezamos a llamarte “Orbison”? Con aquellas gafotas y tu corpulencia, cada vez te parecías más a Roy, el cantor de las mujeres guapas. ¡Y lo que te gustaba ese apodo! Seguí tus instrucciones al pie de la letra. El viejo Sanyo M2420 color antracita dio la representación de su vida y la cassette del sello Atlantic irradió un sonido casi cuadrafónico. Ni siquiera se salió la cinta.

Hoy amaneció lloviendo, pero el sol decidió resplandecer inesperadamente en tu funeral. Es curioso. Cuando volví al coche, en el espejo retrovisor se reflejó una silueta de escalera tendida sobre el arcoíris. Y creí verte subiéndola, peldaño a peldaño, hasta perderte en ese estudio de grabación donde amansan las enfermedades al son de guitarras eléctricas.

Seguro que eras tú, Orbison. Siempre fuiste un tipo afortunado.