El templo casi estaba terminado. Sólo faltaba una piedra de trece letras. El arquitecto buscó dentro de sí y halló una P. Su hermano le regaló una A y su vecino una Z. Su mujer y su hija formaron una E y una N. Un caminante sacó de su mochila una L y una A. El vendedor de periódicos le recortó una T. La florista le dio una I y una E por el precio de una rosa, y en el buzón encontró dos cartas con el remite RR. Sólo faltaba otra A, que llegó con un soplo de esperanza.
Este blog contiene en su esencia y espíritu el deseo de ser un homenaje y una invitación a la Cultura, a la Literatura, al Arte, a las Humanidades en general. A través de él deseo que todos los que se acerquen a sus contenidos sean tocados por la magia de la armonía y de la belleza que las palabras pueden transmitir.
lunes, 26 de septiembre de 2011
La piedra angular del templo
El templo casi estaba terminado. Sólo faltaba una piedra de trece letras. El arquitecto buscó dentro de sí y halló una P. Su hermano le regaló una A y su vecino una Z. Su mujer y su hija formaron una E y una N. Un caminante sacó de su mochila una L y una A. El vendedor de periódicos le recortó una T. La florista le dio una I y una E por el precio de una rosa, y en el buzón encontró dos cartas con el remite RR. Sólo faltaba otra A, que llegó con un soplo de esperanza.
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