Apenas quedó desierta la playa, comenzó
el ritual. El sol se estaba ocultando con su anaranjado rubor en el horizonte y
el agua empezaba a perder su color azul verdoso. Pronto la playa quedó envuelta
en tinieblas y se empezaron a oír pasos invisibles avanzando cansinamente sobre
la arena. Los fantasmas de los piratas que antaño asolaron la costa se paseaban
nostálgicos por sus antiguos dominios tan pronto como los bañistas y adoradores
del sol que se acababa de poner emprendían el regreso a sus alojamientos. La
bandera filibustera ondeaba orgullosa en la vacía silla del socorrista y,
aunque el fragor del tráfico se mezclaba con el bravío oleaje, en el aire
flotaba una canción de herrumbrosos tesoros y barriles de ron.

Este blog contiene en su esencia y espíritu el deseo de ser un homenaje y una invitación a la Cultura, a la Literatura, al Arte, a las Humanidades en general. A través de él deseo que todos los que se acerquen a sus contenidos sean tocados por la magia de la armonía y de la belleza que las palabras pueden transmitir.
viernes, 31 de agosto de 2012
miércoles, 29 de agosto de 2012
Sueños y viajes estelares
Empieza
la cuenta atrás… Uno… Houston, Houston, ¿dónde va un astronauta cuando pierde
la fe en el espacio infinito? Dos… Quiero creer que encontraré algo ahí arriba,
pero de momento sólo veo oscuridad tachonada de estrellas. Tres, cuatro… ¿Es
eso que me acaba de pasar rozando un meteorito? Cinco… Uf, estuvo cerca. Seis,
siete… ¡Allí, allí… es la estela de un cometa! ¿Eres tú el que viste nacer y
morir a Mark Twain? Ocho… Me oculto en la cara oculta de la luna. No tiene nada
de particular. Nueve… Perdido en medio de una nebulosa, no sabría decir qué es
lo que estoy viendo. Si no es vida extraterrestre, se le parece mucho. Diez… Un
momento, no puede ser… Estoy soñando… Houston, Houston. Cuento hasta diez y
abro los ojos…
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