Estimado Sr. Shakespeare:
Tras valorar detenidamente los tres originales que nos
remitió a fin de que considerásemos su posible publicación, lamento comunicarle
que no son de nuestro interés. El estilo de sus obras es demasiado ambicioso
para lo que el lector espera hoy día. Su poético lenguaje complica en exceso la
comprensión del texto y la abundancia de metáforas y referencias cultas resulta
confusa. Julio César no está mal,
aunque le aconsejo que revise los cánones de la narrativa histórica actual y
los adapte a esta obra. Lo que interesa es el efecto más descarnado, la
violencia sin reflexiones discursivas, el realismo sucio y la ausencia de
figuras retóricas. Sí, veo que su fuerte son los diálogos, y la verdad es que se
nota que se los ha trabajado a fondo, pero no encajan en lo que nosotros
publicamos. Con Macbeth tal vez podría
hacerse algo. Sí, las tres brujas añaden un cierto morbo (aunque algo añejo,
señor Shakespeare, todo hay que decirlo), pero podría hacer que el joven Malcolm
estudiase en una escuela para magos adolescentes y añadir así un poco más de
fantasía al conjunto. Para terminar, es innegable que Hamlet reúne el suficiente grado de muertes truculentas como para
atraer el interés de algunos de nuestros lectores, pero creo que debería darle
todo el protagonismo al fantasma del rey Hamlet para hacerlo más ameno a
las generaciones más jóvenes, además de incluir otros seres sobrenaturales en
su trama. Por cierto, yo en su lugar suprimiría el filosófico monólogo del
personaje titular, ya que resulta de lo más monótono, y lo sustituiría por un tórrido
affair entre Hamlet y la dulce Ofelia
narrado de la forma más explícita posible.
Deseándole numerosos éxitos en el futuro, y
agradeciéndole la confianza depositada en nuestra editorial, le saluda
atentamente,
Juan Nadie, Director Gerente,
Ediciones Anodinas de Ayer y Hoy
P.D.: Si me permite el consejo, debería cambiarse el
nombre en caso de que desee emprender seriamente una carrera literaria. William
Shakespeare carece totalmente de tirón comercial. Lo que se llevan actualmente son
nombres cortos como Dan Brown. Will Shaks sería mucho más fácil de recordar, y
si lo deja en Bill Saks o en Billy Sax, mejor todavía.